PEDAGOGÍA AFECTIVIDAD
El propósito de educar con la esperanza hacia un futuro
puesto laboral con ayuda de los padres quienes financian la lógica capitalista
de esta educación la cual está dedicada a formar operarios (técnicos),
ingenieros (tecnólogos), y por ultimo administradores, economistas e
ingenieros industriales (profesionales)
Satisfaciendo la demanda de las grandes empresas.
Como una nueva opción, surge una alternativa revolucionaria en la educación,
que es privillejar la dimensión afectiva del ser humano más que su rol como
objeto productor. Y luego ¿Qué pasa con los conocimientos? ¿Deben quedar a un
lado? Esto no es posible, si algo caracteriza al ser humano, es la capacidad de
comunicar a sus generaciones venideras sus conocimientos y descubrimientos, eso
es un derecho humano. Sin embargo sobre el conocimiento incluso está la persona
y su felicidad, y lo que le hace feliz es amar y sentirse amado. Es más feliz
quien ama y se siente amado. Mientras que aquel que sabe más no siempre es más
feliz.
El propósito de la
educación sentimental
se presenta como una educación humana, humanista, orientada no a formar futuros
trabajadores, si no mejores seres humanos integrales. Propósito humanista para
el cual descifrar, potenciar y desarrollar los sentimientos humanos
individuales pasa a primera línea. Sin ellos y sus correspondientes
competencias instrumentales y operacionales, por más conocimientos de
matemáticas, ciencias o sociales que posean cada estudiante sería incapaz de
discernir lo interesante, lo que afecta al carácter de cada individuo y como
orienta su vida y quedaría en condición miserable de autómata laboral.
QUE ES ENSEÑAR EN LA PEDAGOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
Las enseñanzas afectivas que competen al colegio son
el amor a si mismo (Intrapersonal), como aprendiz, compañero y como persona
intelectual; el amor a los otros y la ética de reciprocidad y del
deber (Intrapersonal) como compañeros y profesores, y el amor
al conocimiento (ciencias y lenguas)
De igual manera a los cimientos familiares, los aprendizajes afectivos que gestan la amistad adolescente finalizan la obligación del colegio y definen su éxito o fracaso formativo. Aquí la institución educativa puede favorecer condiciones donde florezca la amistad, la amistad íntima
EL DESARROLLO AFECTIVO DEL NIÑO
El desarrollo afectivo
del niño puede entenderse como el camino a través del cual las personas
establecen unos afectos y una forma de vivir y entender los mismos. Es
un proceso continuo y complejo, con múltiples influencias. Este proceso va a
determinar el tipo de vínculos interpersonales que establezca la
persona y va a marcar el estilo de relacionarse con los demás.
Desde que nacemos las
personas mostramos un marcado interés y curiosidad por aquellos seres de
nuestra especie que nos rodean. Los niños y niñas nacen con la necesidad de
establecer vínculos afectivos, estos son fundamentales para la supervivencia.
El
desarrollo afectivo es uno de los desarrollos más importantes de la persona, ya
que está ligado al resto de las manifestaciones del ser humano, como las relaciones
sociales, la personalidad, la sexualidad, etc. Es decir, las emociones están
presentes en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que es de gran
importancia la formación de las relaciones afectivas durante los primeros años
de vida. Teniendo en cuenta todo esto, podríamos definir el desarrollo
afectivo-emocional como un conjunto de sentimientos, emociones y elementos
sociales que configuran la relación del ser humano con su medio personal y
social. La propiedad más importante del ser humano, es su capacidad de formar y
mantener relaciones. Estas son absolutamente necesarias para que cualquiera de
nosotros pueda sobrevivir, aprender, trabajar, amar y procrearse.
Las
relaciones humanas toman muchas formas, pero las más intensas, las que producen
mayor placer y a veces mayor dolor, son aquellas que tienen que ver con la
familia, amigos y personas amadas. Dentro de este círculo interno de relaciones
íntimas, quedamos vinculados o adheridos unos a otros con un “adhesivo
emocional”, vinculados o adheridos con amor. La habilidad individual para
formar y mantener relaciones haciendo uso de este “adhesivo emocional” es
diferente en cada uno de nosotros. Algunos parecen ser naturalmente capaces de
amar y establecer relaciones íntimas, pero otros no tienen tanta suerte y
carecen de la capacidad afectiva, por lo que les cuesta hacer amigos, además de
establecer una relación distante con la familia.
Tanto la capacidad como el
deseo de formar relaciones emocionales están asociados a la organización y
funcionamiento de partes específicas del cerebro humano, así como al equilibrio
de los neurotransmisores (sustancias químicas que permiten la transmisión del
impulso nervioso y sus conexiones). Así como el cerebro nos permite ver, oler,
gustar, pensar y movernos, también es el órgano que nos permite amar o no amar.
Estos sistemas cerebrales que nos permiten formar y mantener relaciones, se
desarrollan durante la infancia. Las experiencias durante estos primeros y
vulnerables años del desarrollo evolutivo de un individuo, influyen
significativamente en el moldeado de la capacidad para formar relaciones
íntimas y emocionalmente saludables.
La empatía, el afecto, el deseo de
compartir, el inhibirse de agredir, la capacidad de amar y ser amado y un
sinnúmero de características de una persona asertiva, operativa y feliz, están
asociadas a las capacidades medulares de apego formadas en la infancia y niñez
temprana.
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