ESTIMULACIÓN DEL DESARROLLO INTELECTUAL
EN LA EDUCACIÓN
INFANTIL
El desarrollo y
formación de niños y niñas pueden optimizarse si ofrecemos al educador
orientaciones que le permitan desarrollar al máximo sus potencialidades en
edades tempranas. En este material nos referimos de forma especial a las
acciones educativas, en los distintos años de vida, utilizando diferentes tipos
de actividades y situaciones para estimular el desarrollo intelectual de los
niños en la etapa que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años.
El
desarrollo intelectual se refiere, fundamentalmente, al desarrollo de la
percepción y del pensamiento, siempre en estrecha interrelación con el resto de
las áreas (motora, social, lingüística y de autonomía). Al hablar del
desarrollo intelectual, no podemos separarlo de los procesos cognoscitivos básicos
(atención, intuición, imitación, memoria, asociación,...). A través de las
sensaciones, de la percepción, de las representaciones, se forman las primeras
ideas, las concepciones acerca del mundo que actúa sobre el sujeto. Se crean
además las bases para el desarrollo de la imaginación, así como, sólidos
cimientos sobre los que se construye todo el desarrollo intelectual.
Pero no se
trata solamente de la esfera cognoscitiva. La esfera afectiva, las
motivaciones, los intereses, ejercen una gran influencia en la realización de
actividades y en el planteamiento y solución de problemas, esencial en el
desarrollo del pensamiento. Por otra parte, la concentración prolongada y
persistencia en actividades, que muchas veces ni siquiera son satisfactorias,
es fundamental para todo el desarrollo cognoscitivo e intelectual que requiere
esfuerzo y dedicación. Por supuesto, en cada etapa del desarrollo estas
interrelaciones cambian.
En Educación Infantil al realizar actividades es
necesario y más productivo basarse en los aspectos motivacionales y afectivos
con los objetos. Es por ello que tanto la familia como los educadores deben
despertar su curiosidad y estimular el deseo de hacer cosas y solucionar
pequeñas tareas que requieran el establecimiento de relaciones y la búsqueda de
vías para resolverlas.
Para el logro de estos importantes objetivos -el
desarrollo de las capacidades sensoriales e intelectuales en Educación
Infantil- atendiendo a las particularidades de su percepción y pensamiento,
señalaremos dos vías metodológicas generales que en múltiples investigaciones
han demostrados su efectividad: la orientación, como momento fundamental del
proceso didáctico y los modelos como una forma de mediar en la solución de
tareas cognoscitivas de acuerdo con el tipo de pensamiento representativo
característico de los niños.
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