martes, 26 de abril de 2016

ESTIMULACION DEL DESARROLLO INTELECTUAL EN LA EDUCACION


ESTIMULACIÓN DEL DESARROLLO INTELECTUAL
 EN LA EDUCACIÓN INFANTIL




El desarrollo y formación de niños y niñas pueden optimizarse si ofrecemos al educador orientaciones que le permitan desarrollar al máximo sus potencialidades en edades tempranas. En este material nos referimos de forma especial a las acciones educativas, en los distintos años de vida, utilizando diferentes tipos de actividades y situaciones para estimular el desarrollo intelectual de los niños en la etapa que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años.

El desarrollo intelectual se refiere, fundamentalmente, al desarrollo de la percepción y del pensamiento, siempre en estrecha interrelación con el resto de las áreas (motora, social, lingüística y de autonomía). Al hablar del desarrollo intelectual, no podemos separarlo de los procesos cognoscitivos básicos (atención, intuición, imitación, memoria, asociación,...). A través de las sensaciones, de la percepción, de las representaciones, se forman las primeras ideas, las concepciones acerca del mundo que actúa sobre el sujeto. Se crean además las bases para el desarrollo de la imaginación, así como, sólidos cimientos sobre los que se construye todo el desarrollo intelectual. 

Pero no se trata solamente de la esfera cognoscitiva. La esfera afectiva, las motivaciones, los intereses, ejercen una gran influencia en la realización de actividades y en el planteamiento y solución de problemas, esencial en el desarrollo del pensamiento. Por otra parte, la concentración prolongada y persistencia en actividades, que muchas veces ni siquiera son satisfactorias, es fundamental para todo el desarrollo cognoscitivo e intelectual que requiere esfuerzo y dedicación. Por supuesto, en cada etapa del desarrollo estas interrelaciones cambian. 

En Educación Infantil al realizar actividades es necesario y más productivo basarse en los aspectos motivacionales y afectivos con los objetos. Es por ello que tanto la familia como los educadores deben despertar su curiosidad y estimular el deseo de hacer cosas y solucionar pequeñas tareas que requieran el establecimiento de relaciones y la búsqueda de vías para resolverlas.

 Para el logro de estos importantes objetivos -el desarrollo de las capacidades sensoriales e intelectuales en Educación Infantil- atendiendo a las particularidades de su percepción y pensamiento, señalaremos dos vías metodológicas generales que en múltiples investigaciones han demostrados su efectividad: la orientación, como momento fundamental del proceso didáctico y los modelos como una forma de mediar en la solución de tareas cognoscitivas de acuerdo con el tipo de pensamiento representativo característico de los niños.

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